miércoles, 13 de abril de 2016

Asadillo manchego

Hola a todos y ¡bienvenidos!

Hoy nos vamos a mover hacia la cocina más tradicional. Y es que nos movemos hacia la cocina tradicional que más me toca, como dicen, la "patata": la cocina manchega. Sí, soy manchego de pura cepa y todo lo que grite "La Mancha" me llega directamente al corazón. El queso (¡Dios, el queso!), los vinos, la carne, el buen producto de la huerta, el azafrán o la miel hacen que los platos de la cocina manchega sean fácilmente reconocibles y muy queridos. Hoy os traigo un clásico de la cocina manchega más tradicional: el asadillo. Receta típica manchega donde las haya y que, en mi humilde (y subjetiva) opinión de manchego es de los platos más ricos que podéis comer.

La cocina manchega es, en esencia, una cocina de producto, de campo y naturaleza, de costumbre y tradiciones. Sí, de esas tradiciones culinarias que parecen traspasarse de abuelos a padres y de padres a hijos. Esas recetas que, como es mi caso, te hacen recordar a tu abuela cocinando unas (tremendas) migas de pastor en lumbre para toda la familia. Y es que se trata un tipo de cocina casera (en el sentido amplio de la palabra) que se caracteriza por no tener muchas florituras ni elaboraciones difíciles. Lo mejor de la cocina manchega radica, precisamente, en eso, en la sencillez, en el buen trato al producto y en el cariño al cocinarlo. Una cocina familiar y de buenos recuerdos. Así es como yo la veo y como me hace sentir cada vez que hago un plato típico manchego. 

Por todos estos motivos, hoy os traigo este entrante de asadillo manchego. Y no será la única que veréis publicada aquí, os lo puedo asegurar. Los platos manchegos van a ocupar un lugar muy privilegiado en este blog. Pero, ¿no podría ser de otra manera, verdad? ;)



ASADILLO MANCHEGO


INGREDIENTES (para 4-6 personas):

- 1 kg. de pimiento rojo (unos 3 pimientos grandes)
- 200 ml. de tomate frito casero
- 2 ó 3 dientes de ajo
- 1 pizca de comino molido
- 2 huevos cocidos
- Aceite de oliva V.E.
- Sal y pimienta
Para el tomate frito casero: *
- 1 bote de 300 gr. de (buen) tomate natural triturado
- 1 diente de ajo
- 1 cucharadita de azúcar
- Aceite de oliva V.E.
- Sal y pimienta

* En el caso del tomate casero, podéis utilizar el que queráis, siempre y cuando sea así, casero. La mejor opción: el tomate frito hecho con tomates maduros de huerta. Sin embargo, no siempre podemos tenerlos a mano, entre otras cosas porque no siempre estamos en temporada de tomate (a no ser que seamos previsores y tengamos provisiones de tomate frito en conserva para todo el año). En ese caso, podéis hacer tomate frito casero con un buen tomate natural triturado en lata. Definitivamente el resultado final no será de 10, pero sí de 9,5. ;)


ELABORACIÓN:

1.- En primer lugar, poner a asar los pimientos rojos. Para ello, precalentar el horno a 200 ºC, calor arriba y abajo. Cubrir una bandeja de horno con bastante papel de aluminio. Colocar los pimientos en la bandeja y meter en el horno durante 35-50 minutos (dependiendo del tamaño que tengan) hasta que estén bien asados y tiernos. Rotar los pimientos cada 10-15 minutos para que cogan color por todos los lados.

* TIP: a la hora de asar los pimientos, como podéis ver,  no los vamos a cubrir. Hay personas que sí los cubren con papel de aluminio al asarlos. En mi caso no me gusta ya que lo que buscamos es que cojan color y se tuesten bastante mientras los asamos. No os preocupéis, aunque veáis que se empiezan a tostar mucho, no van a saber a quemado ya que después tendremos que pelarlos y lo quitaremos, pero sí darán mucho más sabor al plato final. Recomendable 100 %.


2.- Mientras se asan los pimientos, vamos a preparar una salsa de tomate frito casero rápida (si no lo tenéis ya, claro). Para la salsa de tomate:

  • En una sartén, añadir 2 ó 3 cucharadas de aceite de oliva. Cuando esté caliente, incorporar un diente de ajo picado y cocinar durante un par de minutos hasta que esté dorado.
  • Añadir el bote de tomate natural triturado, un buen pellizco de sal y un poco de pimienta negra recién molida. Dejar cocinar a fuego medio-bajo alrededor de 15 minutos.
  • Probar para rectificar de sal. Si vemos que el tomate tiene mucha acidez al probarlo, añadir una cucharadita pequeña de azúcar y cocinar un par de minutos más. Reservar o utilizar para lo que lo necesitemos (en este caso, para nuestro asadillo).

3.- Cuando los pimientos estén bien asados, sacar del horno y cubrir inmediatamente con el papel de aluminio que habíamos usado para cubrir la bandeja (para qué usar más papel, pudiendo aprovechar, ¿no?). Dejar reposar unos 10 minutos cubiertos. De esta manera los pimientos "sudarán" con el vapor y podremos pelarlos con mucha más facilidad. No recomiendo que os arriesguéis a pelarlos cuando enfríen, hacedme caso. ;)


4.- Pelar los pimientos y, muy importante, reservar el jugo que han soltado los pimientos. Cortar en tiras finas de unos 3-4 cm de largo. Yo no uso cuchillo, simplemente los hago tiras con los dedos. Es lo que siempre he visto en mi familia, y es como mejor me saben luego... ¿cuestión de manías? Puede ser...



5.- En una sartén, añadir 200 ml. de tomate frito y, cuando esté caliente, incorporar los pimientos en tiras, parte del jugo de los pimientos asados, una pizca de comino y sal.  Dejar cocinar durante 5 minutos. Probar y rectificar de sal. Retirar del fuego y añadir un diente de ajo picado en crudo y un buen chorro de aceite de oliva. Dejar enfriar, servir con trozos de huevo cocido por encima y... ¡a disfrutar!



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¡Y listo! Ya tenemos nuestro entrante de asadillo manchego preparado para comer. Se mantiene bien unos 3 ó 4 días en un recipiente hermético en el frigorífico. Lo que sí os recomiendo es que lo dejéis templar unas horas después de hacerlo. En mi caso, me gusta comerlo al día siguiente de hacerlo ya que los sabores se asientan y queda más rico que en caliente. Pero eso ya va a gusto del consumidor, ahí ya no me meto. A mí me gusta servirlo como entrante sobre unas buenas tostadas de pan de pueblo con huevo cocido por encima o en una fuente de barro y que la gente se sirva lo que le apetezca. Os aseguro que no quedarán ni las migas. Así que, si queréis que os sobre un poco para el día siguiente, haced el doble de cantidad y guardad la mitad en el frigorífico. Eso sí, fuera del alcance de vuestros comensales, claro. ;)

Recordad que podéis seguir todas las novedades del blog en la cuenta de Twitter @mediterraneaco, donde iré publicando las nuevas recetas y donde podéis hacer todas las sugerencias que se os occurran.

Un saludo, hasta la próxima receta y... ¡¡BON APPÉTIT!! :D

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