Panna Cotta

Hola a todos y bienvenidos de nuevo! ;)

Hoy es lunes y, como los lunes normalmente son uno de los días más amargos de la semana, vamos a endulzarlo con un postre de nuestra vecina Italia que no solo es sencillo, sino que también está delicioso: Panna Cotta con coulis de frambuesa. Postre italiano famoso donde los haya y que solo requiere, literalmente, tres ingredientes. ¿Quién dijo que la buena repostería no era fácil?

La Panna Cotta ("nata cocinada" en su traducción al castellano) es un postre italiano originario de la zona de Turín que ha traspasado fronteras y ha llegado ha convertirse en uno de los postres italianos más conocidos a nivel mundial (dejando el primer lugar, como es obvio, al tiramisú). Se trata, básicamente, de una mezcla de nata líquida azucarada que se solidifica mediante el uso de gelatina neutra y, en ocasiones, se puede aromatizar con aromas (vainilla, cítricos, etc.), algún licor (Frangellico, ron, etc) o incluso café. Su simplicidad no está reñida con lo buena que está, ya que su textura cremosa, la riqueza del sabor a nata (que debe ser de calidad) y lo suave y poco empalagoso que resulta, lo hacen un postre perfecto para preparar en cenas de navidad, cumpleaños o reuniones familiares o de amigos. De hecho, su principal complicación (si es que se le puede llamar así) reside en conseguir la textura cremosa perfecta, es decir, en no pasarnos con la gelatina y acabar con una gelatina de nata (que no es lo que buscamos). En cuanto al acompañamiento, se suele servir acompañada de salsa o coulis de algún fruto rojo o de limón, aunque también se puede servir con caramelo o chocolate. 

¿Parece que suena bien, no? Pues esperad a ver lo sencilla que es la receta y veréis que suena aún mejor. ;)

PANNA COTTA

INGREDIENTES (para 4-6 personas):

- 500 ml. de nata para montar (más de 30% de materia grasa)
- 500 ml. de nata suave o nata para cocinar
- 150-175 gr. de azúcar blanco (depende de lo dulce que lo queramos)
- 10 hojas de gelatina neutra *
- 1 cucharadita de vainilla en pasta o extracto de vainilla

- Para el coulis o salsa de frambuesa:
     - 150 gr. de frambuesas
     - Zumo de medio limón
     - 2 ó 3 cucharadas de azúcar (depende de lo dulce que sea la fruta)
     - 1 cucharadita de almidón de maíz (maizena)

* Si en vez de hojas de gelatina neutra tenéis gelatina neutra en polvo de sobre, deberéis usar alrededor de sobre y medio. El proceso para hidratar la gelatina estará indicado en las instrucciones del paquete.

 

ELABORACIÓN:

1.- En primer lugar, tenemos que hidratar la gelatina neutra. Para ello, ponemos las hojas de gelatina en un cuenco o bol con agua muy fría (cuanto más fría mejor). Dejamos reposar unos 10-15 minutos hasta que se ablanden las hojas.

2.- Mientras tanto, ponemos ambos tipos de nata en una olla mediana y calentamos a fuego medio hasta que esté muy caliente pero sin llegar a hervir (veremos unas burbujas pequeñas en el borde de la nata).

3.- Retiramos del fuego y añadimos el azúcar blanco, la gelatina previamente hidratada (y bien escurrida) y una cucharadita de vainilla en pasta o extracto. Mezclamos bien hasta que el azúcar y la gelatina se hayan disuelto bien. Dividimos la mezcla en 4-6 moldes pequeños (yo usé de acero inoxidable, pero vale cualquiera que tengamos en casa), cubrimos con papel film transparente y metemos en la nevera un mínimo de 6 a 8 horas para que cuaje bien y no acabemos con sopa de nada a medio cuajar (desagradable, ¿verdad?).

4.- Para preparar el coulis o salsa de frambuesa:

• Trituramos las frambuesas con el zumo de limón con ayuda de una batidora o picadora.
• Una vez trituradas, pasamos por un colador o chino para eliminar todas las semillas.
• Ponemos el puré de frambuesa en una olla o cazo pequeño. Añadimos el azúcar y calentamos hasta que llegue a ebullición y el azúcar se haya disuelto.
• Añadimos la maizena o almidón de maíz disuelto en una cucharadita de agua fría y dejamos hervir durante de 1 a 2 minutos o hasta que la salsa de frambuesa haya espesado un poco.
• Pasamos a un recipiente y dejamos enfriar hasta la hora de usar.

5.- Antes de servir, cuando haya cuajado la panna cotta, pasamos un cuchillo afilado por los bordes y desmoldamos en un plato. Servimos acompañado de la salsa de frambuesa y unas frambuesas frescas para decorar.

* TIP: Si no se desmolda con facilidad (que debería) podéis meter en molde en un recipiente con agua caliente para ayudar a despegar la mezcla del molde.

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Y nuestra panna cotta está lista para comer. Queda muy, muy, pero que muy rica. La textura es lo mejor que tiene. Es cremosa y se deshace en la boca. Además, si queréis saltaros el paso de desmoldarla, podéis servirla en cuencos o vasitos pequeños de cristal con la salsa de frambuesa por encima para que se vea el contraste de colores. En mi caso, es uno de mis postres favoritos (de mi lista de 100 postres, claro. Uno que es muy indeciso...), y uno de los postres favoritos de mi familia. Probad a hacerlo, ya que no es nada difícil de hacer y, lo mejor de todo, quedáis como dioses de la cocina.

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Un saludo, hasta la próxima receta y... ¡¡BON APPÉTIT!! ;P