Hoy os traigo algo dulce que cumple los requisitos que lo hacen un must en mi recetario: Galletas de vainilla y azúcar. Estos tres requisitos de los que hablo son: sencillez, rápido y rico. Y es que es muy importante tener en nuestro repertorio recetas que sean sencillas de preparar pero que el resultado resulte más que satisfactorio. Estas galletas se preparan en 10 minutos, se hornean en menos tiempo incluso, y el sabor es increíble (y más si las comemos recién hechas... Una auténtica delicia).
La historia detrás de esta receta se remonta unos años atrás. Antes incluso de que desarrollara el gustillo por la cocina. Andaría por los 10 ó 12 años y, como nos ha pasado a todos, llegó ese día en el que dije: ¡Voy a preparar unas galletas! La verdad es que, aunque después de vista la receta no tiene mucho y es más bien un paseo fácil... ¡Unas galletas caseras! ¡Buah! En aquel entonces eso era lo más. El ponerte a pesar, a mezclar los ingredientes, a colocar las galletas de una en una, hornearlas, comerlas y que te supiesen espectaculares... Pues nada mñas lejos de la realidad, señoras y señores. Mi primer contacto con la repostería (al menos que yo recuerde) fue una auténtica calamidad. La masa me quedó tres veces más líquida de lo que mostraba la foto del libro de mi santa madre, y ¡claro!, más harina que le agregué... Resultado: la primera tanda de galletas quedaron duras y secas como un corcho y con granos de azúcar sin deshacer en cada galleta, y la segunda chumascadísimas a más no poder. Repostería-1/Armando-0. Desde luego que no las volvería a hacer.
Y no las volví a hacer. Hasta pasados bastantes años y ya metido de lleno en esto de la cocina. Mira que veía las recetas por todos lados, pero el recuerdo de ese momento fatídico me hacía tirar para otro lado. Hasta que un día, gracias a una videoreceta en YouTube del canal Laura in the Kitchen, me decidí a hacerlas. Y quedaron PERFECTAS. La textura blandita y tierna, los bordes crujientes, y el sabor a vainilla y a mantequilla... Más que ricas. De hecho, casi todas los meses las hago para el desayuno de una semana entera, ya que se conservan bastante bien en un tarro. Definitivamente, cuando las cosas salen mal en la vida, hay que volver a intentarlo. Al menos en la cocina, claro está...
GALLETAS DE VAINILLA Y AZÚCAR
INGREDIENTES (unas 10-12 galletas):
- 1 taza (130 gr) de harina de trigo
- 1/2 taza (100 gr) de azúcar blanco
- 1 huevo L
- 85 gr. de mantequilla a temperatura ambiente (muy importante)
- 1/4 de cucharadita de levadura en polvo o polvo de hornear
- 1 cucharadita de pasta de vainilla (ó extracto/esencia de vainilla)
- 1 pellizco de sal
ELABORACIÓN:
1.- En primer lugar, precalentamos el horno a 180º C, sin ventilador, con calor arriba y abajo.
2.- En un bol, añadir la mantequilla en pomada y el azúcar blanco. Mezclar un par de minutos con unas varillas de mano o eléctricas ó hasta que tengamos una mezcla bastante cremosa. Si no mezclamos bien la mantequilla con el azúcar, nos pueden quedar los granos de azúcar sin disolver en las galletas (exactamente lo que me ocurrió a mí la primera vez). Una vez bien mezclados, añadir el huevo y la vainilla y mezclar bien.
*TIP: Es muy importante que todos los
ingredientes estén a temperatura ambiente, sobre todo la mantequilla
(que debe estar en pomada, no vale derretirla en el microondas). Para
ello, los sacaremos unas horas del frigorífico para que estén listos
cuando vayamos a preparar las galletas.
3.- Mezclar la harina, la sal y el polvo de hornear. Anadir a la mezcla anterior y mezclar brevemente hasta que se haya integrado (en masas de bizcochos y galletas no hay que pasarse al mezclar la harina, ya que desarrollaríamos el gluten y quedarían secos). Simplemente mezclaremos hasta que no veamos partes de harina seca.
4.- Con una cuchara y las manos (bien limpias), formar bolas de masa de alrededor de 2-2'5 cm de diámetro. Poner las bolas de masa en una bandeja de horno con papel vegetal o de cera con bastante separación entre ellas, ya que las galletas se expanden mucho durante el horneado. Horneamos durante 10 minutos aproximadamente, ó hasta que veamos que los bordes están cogiendo un color dorado.
*TIP: si cuando vamos a formar las bolas la masa está demasiado blanda y se pega a las manos, podemos meter la masa de galletas en el frigorífico durante 20-30 minutos, o 10 minutos en el congelador.
5.- Dejar enfriar durante un par de minutos en la bandeja (en este punto están muy blandas, pero tranquilos, cogen consistencia cuando se enfrían), y traspasar a una rejilla para que se terminen de enfriar.
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Y ya tenemos listas nuestras galletas de vainilla y azúcar. Se pueden conservar en un bote o tarro hermético durante varios días. Claro está que están mejor cuando están recién hechas, pero después de 2 ó 3 días, siguen estando espectaculares. También se puede congelar la masa si no las queremos hacer todas ó doblar la receta si queremos que nos salga el doble. Como siempre, es cuentión de gustos y preferencias. Lo que os aseguro es que no durarán mucho en la cocina. La verdad es que estas galletas son como las Pringles... Cuando haces ¡POP!... Ya sabéis como sigue... ;)
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Un saludo a todos y ¡hasta la proxima receta! ¡¡BON APPÉTIT!!
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